Star Trek: En la oscuridad. J.J. Abrams no defrauda

Nunca he sido un freak he Star Trek, pero cuando las cosas se hacen bien, muy bien, es imposible no disfrutarlas. J.J. Abrams nos trae esta vez la secuela del reinicio de una de las sagas de ciencia ficción más importantes de la historia del cine, y para la ocasión el brebaje está perfectamente creado con excesos de acción, adrenalina, imaginería, humor y un sentido de la amistad tan puro como natural.

Star Trek Into Darkness comienza con una de esas típicas escenas de aventuras de las películas de aventuras, a modo de introducción, para introducirnos poco después en el núcleo de la historia. Un ser misterioso ha creado el caos en la Tierra provocando explosiones y atentados terroristas, una vez la nave Enterprise ha descubierto su paradero, los tripulantes de la misma se embarcan en una misión de búsqueda y captura del criminal.

DOS POLOS DE UNA AMISTAD. LOS IMPULSOS EMOCIONALES CONTRA LA LÓGICA.

El dúo Capitán Kirk y Spok siguen siendo el núcleo principal de la saga. Mientras uno se deja guiar por sus impulsos el otro aparentemente echa atrás sus sentimientos en prioridad de la lógica y la probabilística, provocando situaciones cómicas y disputas tal y como ocurría en la primera parte de este reinicio de la saga. Por el momento este tipo de relación no me resulta cansino, pero probablemente lo hará si siguen en este tipo de relación durante futuras entregas.

Ya pudo verse en Super 8 el abuso recurso nostálgico de J.J. Abrams, y en ese sentido Star Trek sigue teniendo un poco de esa esencia, ya que basa los pilares de sus películas en ideales como la amistad y algo de inocencia, anteponiéndose argumentalmente hablando frente a otros temas como el amor o la propia acción de la aventura.

UN VILLANO A LA ALTURA.

Benedict Cumberbatch es el actor encargado de dar vida al villano por excelencia de este año. Con su gran interpretación consigue de verdad transmitir ese liderazgo y temor, hasta el punto de pensar cosas del tipo... "Pues igual esta peli no tiene uno de esos típicos finales felices", muy contrario al sentimiento de confianza y seguridad de villanos como el que aparece en la última película de Superman.

Y esto es un gran acierto, porque desde mi punto de vista es el gran fallo que suelen tener todas las superproducciones del estilo, ya que, a fin y al cabo, los villanos son los que hacen grande a una película (que se lo pregunten a Batman). De hecho en la mayoría de los posters promocionales el que aparece como protagonista es el villano.

ESPECTÁCULO A LO GRANDE, DE VERDAD, DEL BUENO.

Argumentos, amistades y villanos aparte,  la producción y montaje de Star Trek hacen de sus secuencias de acción puro entretenimiento. Desde la banda sonora hasta unas cámaras que no dan tanto mareo como el que nos tienen acostumbrado, pasando por escenarios de una belleza y una factura técnica impecables. 

UNA PELÍCULA CON MÉRITOS PROPIOS.

Star Trek es sin duda LA PELÍCULA DEL VERANO. Así, con mayúsculas. Y lo digo porque se ha ganado a pulso el título: Es una película que entretiene de principio a fin, que no aporta nada nuevo creativamente hablando pero que ejecuta todos los recursos que ya conocemos del cine de la mejor manera posible, y sobre todo porque no se aprovecha de la fama y prestigio de la saga para atraer gente a las salas de cine para luego dejarlos decepcionados.

Nota: 9/10